Quarto de hotel
i
À luz
cinzenta da reminiscência
que aspira redimir o já vivido
consome-se o ontem fantasma. Sou eu esse
que baila ao pé da árvore e delira
com nuvens que são corpos que são ondas,
com corpos que são nuvens que são praias?
Sou o que toca a água e canta a água,
a nuvem e voa, a árvore e dá folhas,
um corpo e desperta e o contesta?
Consome-se o tempo fantasma:
consome-se o ontem, o hoje se queima e o amanhã.
Tudo o que sonhei dura um minuto
e é um minuto todo o vivido.
Mas não importam séculos ou minutos:
também o tempo da estrela é tempo,
gota de sangue e fogo: piscadela.
que aspira redimir o já vivido
consome-se o ontem fantasma. Sou eu esse
que baila ao pé da árvore e delira
com nuvens que são corpos que são ondas,
com corpos que são nuvens que são praias?
Sou o que toca a água e canta a água,
a nuvem e voa, a árvore e dá folhas,
um corpo e desperta e o contesta?
Consome-se o tempo fantasma:
consome-se o ontem, o hoje se queima e o amanhã.
Tudo o que sonhei dura um minuto
e é um minuto todo o vivido.
Mas não importam séculos ou minutos:
também o tempo da estrela é tempo,
gota de sangue e fogo: piscadela.
ii
Roça
minha testa com mãos frias
o rio do passado, e suas memórias
fogem sob minhas pálpebras de pedra.
Nunca se detém em sua corrida
e eu, desde o meu íntimo, o despeço.
Foge de mim o passado?
Fujo com ele, e é aquele que o despede
uma sombra que me imita, oca?
Talvez não seja ele que foge: afasto-me
e ele não me segue, alheio, consumado.
Aquele que fui para na ribeira.
Não me recorda nunca e nem me busca,
não me contempla nem se despede:
contempla, busca o outro fugitivo.
Mas tampouco o outro o recorda.
o rio do passado, e suas memórias
fogem sob minhas pálpebras de pedra.
Nunca se detém em sua corrida
e eu, desde o meu íntimo, o despeço.
Foge de mim o passado?
Fujo com ele, e é aquele que o despede
uma sombra que me imita, oca?
Talvez não seja ele que foge: afasto-me
e ele não me segue, alheio, consumado.
Aquele que fui para na ribeira.
Não me recorda nunca e nem me busca,
não me contempla nem se despede:
contempla, busca o outro fugitivo.
Mas tampouco o outro o recorda.
iii
Não há
o antes nem o depois. O que vivi
o estou vivendo ainda?
O que vivi! Fui acaso? Tudo flui:
o que vivi ainda estou morrendo.
Não tem fim o tempo: finge lábios,
minutos, morte, céus, finge infernos,
portas que levam ao nada e nada cruza.
Não há fim, nem paraíso, nem domingo.
Não nos espera Deus no fim de semana.
Dorme, não o despertam nossos gritos.
Só o silêncio o desperta.
Quando se cale tudo e já não cantem
o sangue, os relógios, as estrelas,
Deus abrirá os olhos
e ao reino de seu nada tornaremos.
o estou vivendo ainda?
O que vivi! Fui acaso? Tudo flui:
o que vivi ainda estou morrendo.
Não tem fim o tempo: finge lábios,
minutos, morte, céus, finge infernos,
portas que levam ao nada e nada cruza.
Não há fim, nem paraíso, nem domingo.
Não nos espera Deus no fim de semana.
Dorme, não o despertam nossos gritos.
Só o silêncio o desperta.
Quando se cale tudo e já não cantem
o sangue, os relógios, as estrelas,
Deus abrirá os olhos
e ao reino de seu nada tornaremos.
Cuarto de Hotel
i
A la
luz cenicienta del recuerdo
que quiere redimir lo ya vivido
arde el ayer fantasma. ¿Yo soy ese
que baila al pie del árbol y delira
con nubes que son cuerpos que son olas,
con cuerpos que son nubes que son playas?
¿Soy el que toca el agua y canta el agua,
la nube y vuela, el árbol y echa hojas,
un cuerpo y se despierta y le contesta?
Arde el tiempo fantasma:
arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
Todo lo que soñé dura un minuto
y es un minuto todo lo vivido.
Pero no importan siglos o minutos:
también el tiempo de la estrella es tiempo,
gota de sangre o fuego: parpadeo.
que quiere redimir lo ya vivido
arde el ayer fantasma. ¿Yo soy ese
que baila al pie del árbol y delira
con nubes que son cuerpos que son olas,
con cuerpos que son nubes que son playas?
¿Soy el que toca el agua y canta el agua,
la nube y vuela, el árbol y echa hojas,
un cuerpo y se despierta y le contesta?
Arde el tiempo fantasma:
arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
Todo lo que soñé dura un minuto
y es un minuto todo lo vivido.
Pero no importan siglos o minutos:
también el tiempo de la estrella es tiempo,
gota de sangre o fuego: parpadeo.
ii
Roza mi
frente con sus manos frías
el río del pasado y sus memorias
huyen bajo mis párpados de piedra.
No se detiene nunca su carrera
y yo, desde mí mismo, lo despido.
¿Huye de mí el pasado?
¿Huyo con él y aquel que lo despide
es una sombra que me finge, hueca?
Quizá no es él quien huye: yo me alejo
y él no me sigue, ajeno, consumado.
Aquel que fui se queda en la ribera.
No me recuerda nunca ni me busca,
no me contempla ni despide:
contempla, busca a otro fugitivo.
Pero tampoco el otro lo recuerda.
el río del pasado y sus memorias
huyen bajo mis párpados de piedra.
No se detiene nunca su carrera
y yo, desde mí mismo, lo despido.
¿Huye de mí el pasado?
¿Huyo con él y aquel que lo despide
es una sombra que me finge, hueca?
Quizá no es él quien huye: yo me alejo
y él no me sigue, ajeno, consumado.
Aquel que fui se queda en la ribera.
No me recuerda nunca ni me busca,
no me contempla ni despide:
contempla, busca a otro fugitivo.
Pero tampoco el otro lo recuerda.
iii
No hay
antes ni después. ¿Lo que viví
lo estoy viviendo todavía?
¡Lo que viví! ¿Fui acaso? Todo fluye:
lo que viví lo estoy muriendo todavía.
No tiene fin el tiempo: finge labios,
minutos, muerte, cielos, finge infiernos,
puertas que dan a nada y nadie cruza.
No hay fin, ni paraíso, ni domingo.
No nos espera Dios al fin de semana.
Duerme, no lo despiertan nuestros gritos.
Sólo el silencio lo despierta.
Cuando se calle todo y ya no canten
la sangre, los relojes, las estrellas,
Dios abrirá los ojos
y al reino de su nada volveremos.
lo estoy viviendo todavía?
¡Lo que viví! ¿Fui acaso? Todo fluye:
lo que viví lo estoy muriendo todavía.
No tiene fin el tiempo: finge labios,
minutos, muerte, cielos, finge infiernos,
puertas que dan a nada y nadie cruza.
No hay fin, ni paraíso, ni domingo.
No nos espera Dios al fin de semana.
Duerme, no lo despiertan nuestros gritos.
Sólo el silencio lo despierta.
Cuando se calle todo y ya no canten
la sangre, los relojes, las estrellas,
Dios abrirá los ojos
y al reino de su nada volveremos.