Do
livro Elogio da sombra – 06 / 31
The Unending Gift*
Um pintor nos prometeu um quadro.
Agora, em New England, sei que morreu. Senti, como noutras vezes, a
tristeza de compreender que somos como um sonho. Pensei no homem e no quadro
perdidos.
(Apenas os deuses podem prometer, porque são imortais.)
Pensei em um lugar prefixado que a tela não ocupará.
Pensei depois: se estivesse aí, seria com o tempo uma coisa a mais, uma
coisa, uma das vaidades ou hábitos da casa; agora é ilimitada, incessante,
capaz de tomar qualquer forma e qualquer cor e não ligada a nenhuma.
Existe de algum modo. Viverá e crescerá como uma música e estará comigo
até o fim. Obrigado, Jorge Larco.
(Também os homens podem prometer, porque na promessa há algo imortal.)
The Unending Gift
Un pintor nos prometió un cuadro.
Ahora, en New England, sé que ha muerto. Sentí, como otras veces, la
tristeza de comprender que somos como un sueño. Pensé en el hombre y en el
cuadro perdidos.
(Sólo los dioses pueden prometer, porque son inmortales.)
Pensé en un lugar prefijado que la tela no ocupará.
Pensé después: si estuviera ahí, sería con el tiempo uma cosa más, una
cosa, una de las vanidades o hábitos de la casa; ahora es ilimitada, incesante,
capaz de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno.
Existe de algún modo. Vivirá y crecerá como una música y estará conmigo
hasta el fin. Gracias, Jorge Larco.
(También los
hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal.)
(*) A dádiva eterna.