Do livro Elogio da sombra – 09 / 31
O labirinto
Zeus não podia desatar as redes
de pedra que me cercam. Esqueci-me
dos homens que antes fui, sigo o odiado
caminho de monótonas paredes
que é meu destino. Retas galerias
que se encurvam em círculos secretos
ao término dos anos. Parapeitos
aos quais rachou a cobiça dos meus dias.
Decifrei no terreno esfarelado
rastros que temo. No ar foi-me trazido
nas encurvadas tardes um bramido
e o ecoar de um bramido desolado.
Sei que na sombra há Outro, cuja sorte
é fatigar as amplas soledades
que tecem e destecem este Hades,
e ansiar meu sangue e engolir minha morte.
Buscamo-nos os dois. Quem dera fosse
este o último dia desta espera.
El Laberinto
Zeus no podría desatar las redes
de piedra que me cercan. He olvidado
los hombres que antes fui; sigo el odiado
camino de monótonas paredes
que es mi destino. Rectas galerías
que se curvan en círculos secretos
al cabo de los años. Parapetos
que ha agrietado la usura de los días.
En el pálido polvo he descifrado
rastros que temo. El aire me ha traído
en las cóncavas tardes un bramido
o el eco de un bramido desolado.
Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte
es fatigar las largas soledades
que tejen y destejen este Hades
y ansiar mi sangre y devorar mi muerte.
Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
éste el último día de la espera.