De “Vinte poemas de amor e uma canção desesperada”
Poema XVII / XXI
Pensando, entretecendo sombras
na profunda solidão,
Tu também estás distante, ah
mais distante que ninguém, sepultando lâmpadas.
Campanário de brumas, quão
distante, lá no alto!
Afogando lamentos, moendo
esperanças sombrias, moleira taciturna,
vem de bruços a noite,
distante da cidade.
Tua presença é alheia, é-me
estranha como uma coisa.
Penso, caminho longamente, por
minha vida antes de ti.
Minha vida antes de ninguém,
minha áspera vida.
O grito em frente ao mar, por entre
as pedras
correndo livre, louco, no
eflúvio do mar.
A fúria triste, o grito, a solidão
do mar.
Desbocado, violento, estendido
até o céu.
Tu, mulher, o que eras ali,
que arraia, que varinha
desse leque imenso? Estavas
distante como agora.
Incêndio no bosque! Arde em
cruzes azuis.
Arde, arde, chameja, faíscas
em árvores de luz.
Precipita-se, crepita.
Incêndio. Incêndio.
E minha alma baila ferida por fagulhas
de fogo.
Quem chama? Que silêncio
povoado de ecos?
Hora da nostalgia, hora da
alegria, hora da solidão,
hora minha entre todas!
Concha pela qual o vento passa
cantando.
Tanta paixão de pranto
desnudada em meu corpo.
Desapossada de todas as raízes,
assalto de todas as ondas!
Girava, alegre, triste, interminável, minha alma.
Pensando, sepultando lâmpadas na profunda solidão.
Quem és tu, quem és?
Poema XVII / XXI
Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.
Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes,
enterrando lámparas.
Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!
Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero
taciturno,
se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.
Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.
Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.
Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.
El grito frente al mar, entre las piedras,
corriendo libre, loco, en el vaho del mar.
La furia triste, el grito, la soledad del mar.
Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.
Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla
de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.
Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.
Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.
Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.
Y mi alma baila herida de virutas de fuego.
Quién llama? Qué silencio poblado de ecos?
Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la
soledad,
hora mía entre todas!
Bocina en que el viento pasa cantando.
Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.
Sacudida de todas las raíces,
asalto de todas las olas!
Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.
Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad.
Quién eres tú, quién eres?
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