Ao vinho
No bronze de Homero teu nome
resplandece
Escuro vinho que o peito do homem
aquece.
Há muitos séculos passas de mão em
mão
desde o ríton do grego ao corno do
teutão.
Na aurora já te encontravas. Às
gerações
deste-lhes pelo caminho o fogo e os
leões.
Junto àquele outro rio de noites e
dias
corre o teu, a que aclamam amigos e
alegrias.
Vinho que como o Eufrates patriarcal
e profundo
vais deslizando ao longo da história
do mundo.
Em teu cristal vivo nossos olhos têm
visto
vermelha metáfora do sangue de
Cristo.
Nas arrebatadas estrofes de sufi
és a cimitarra, a rosa e o rubro
rubi.
Que outros em teu Letes bebam um
triste olvido;
eu busco em ti as festas do fervor compartido.
Sésamo com o qual antigas noites abro
e na dura treva, dádiva e candelabro.
Vinho do mútuo amor ou da rubra
peleja,
em algum dia te chamarei. Que assim seja.
Al Vino
En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
negro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.
En la aurora ya estabas. A las generaciones
les diste en el camino tu fuego y tus leones.
Junto a aquel otro río de noches y de días
corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías,
Vino que como un Éufrates patriarcal y profundo
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
En las arrebatadas estrofas de sufí
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.
Sésamo con el cual antiguas noches abronegro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.
En la aurora ya estabas. A las generaciones
les diste en el camino tu fuego y tus leones.
Junto a aquel otro río de noches y de días
corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías,
Vino que como un Éufrates patriarcal y profundo
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
En las arrebatadas estrofas de sufí
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.
y en la dura tiniebla, dádiva y candelabro.
Vino del mutuo amor o la roja pelea,
alguna vez te llamaré. Que así sea.