A morte da lua
No parque confuso
Que as lânguidas brisas o céu perfuma,
O cipreste, como um fuso,
Desfia um novelo de bruma.
O tear da lua estende prateado seu velocino;
Abandona a enseada um lúgubre corsário,
E depois soa um sino
Pelo casario.
Que as lânguidas brisas o céu perfuma,
O cipreste, como um fuso,
Desfia um novelo de bruma.
O tear da lua estende prateado seu velocino;
Abandona a enseada um lúgubre corsário,
E depois soa um sino
Pelo casario.
Sobre o horizonte malva
Da lâmina marítima argentina,
Em curva de fronte calva
A lua se inclina,
Ou dissemina um vago nácar,
Como a valva
De uma madrepérola, a flor da água do mar.
Da lâmina marítima argentina,
Em curva de fronte calva
A lua se inclina,
Ou dissemina um vago nácar,
Como a valva
De uma madrepérola, a flor da água do mar.
Um brilho de lúgubre frasco
Cada onda propicia.
E a noite qual enorme penhasco
Vai se sentindo imensamente solitária.
Cada onda propicia.
E a noite qual enorme penhasco
Vai se sentindo imensamente solitária.
Forma o tique-taque de um relógio secundário
O tecido da vida, qual sinistro pesponto que o trespassa.
Flutua na noite de um branco mortuário
Uma benzoica insipidez de sanatório,
E todo aquele que passa
Parece uma silhueta de Purgatório.
O tecido da vida, qual sinistro pesponto que o trespassa.
Flutua na noite de um branco mortuário
Uma benzoica insipidez de sanatório,
E todo aquele que passa
Parece uma silhueta de Purgatório.
Com emoção prosaica,
Soa ao longe, em canto de lúgubre alarde,
Uma voz de homem desgraçado, em que arde
O calor negro do rum da Jamaica.
E reina no espírito com subconsciência arcaica,
O medo do demasiadamente tarde.
Soa ao longe, em canto de lúgubre alarde,
Uma voz de homem desgraçado, em que arde
O calor negro do rum da Jamaica.
E reina no espírito com subconsciência arcaica,
O medo do demasiadamente tarde.
Por detrás do horizonte abstrato,
Por fim a lua se afunda em lúgubre abandono,
E as trevas apalpam como o tato
de um sombrio e gelado mono.
Sobre os lunares rastros,
Ao acaso entre a eternidade e a desgraça,
Órion joga sua peça
No problemático dominó dos astros.
Por fim a lua se afunda em lúgubre abandono,
E as trevas apalpam como o tato
de um sombrio e gelado mono.
Sobre os lunares rastros,
Ao acaso entre a eternidade e a desgraça,
Órion joga sua peça
No problemático dominó dos astros.
O frescor noturno
Triunfa de teu amoroso empenho,
E domina a tua fronte com peso taciturno
O negro cacho do sonho.
No fugaz desvario
Com que te invadem sonhadoras visões,
Vacilam as constelações;
E em teu sonho formado de aroma e estio,
Flutua um antigo fastio
de Bizâncio.
Triunfa de teu amoroso empenho,
E domina a tua fronte com peso taciturno
O negro cacho do sonho.
No fugaz desvario
Com que te invadem sonhadoras visões,
Vacilam as constelações;
E em teu sonho formado de aroma e estio,
Flutua um antigo fastio
de Bizâncio.
Definhando na íntima varanda,
Sem nenhuma fantasia
Contestas a minha trêmula demanda.
Com a lua em igual sincronia,
Em seu mindinho uma grande pérola se apaga;
Dissipa a brisa rubores retardados;
E o céu como uma barca que naufraga
Definitivamente vai a pique nos teus olhos.
Sem nenhuma fantasia
Contestas a minha trêmula demanda.
Com a lua em igual sincronia,
Em seu mindinho uma grande pérola se apaga;
Dissipa a brisa rubores retardados;
E o céu como uma barca que naufraga
Definitivamente vai a pique nos teus olhos.
La muerte de la luna
En el parque confuso
Que con lánguidas brisas el cielo sahúma,
El ciprés, como un huso,
Devana un ovillo de bruma.
El telar de la luna tiende en plata su urdimbre;
Abandona la rada un lúgubre corsario,
Y después suena un timbre
En el vecindario.
Que con lánguidas brisas el cielo sahúma,
El ciprés, como un huso,
Devana un ovillo de bruma.
El telar de la luna tiende en plata su urdimbre;
Abandona la rada un lúgubre corsario,
Y después suena un timbre
En el vecindario.
Sobre el horizonte malva
De una mar argentina,
En curva de frente calva
La luna se inclina,
O bien un vago nácar disemina
Como la valva
De una madreperla a flor del agua marina.
De una mar argentina,
En curva de frente calva
La luna se inclina,
O bien un vago nácar disemina
Como la valva
De una madreperla a flor del agua marina.
Un brillo de lóbrego frasco
Adquiere cada ola,
Y la noche cual enorme peñasco
Va quedándose inmensamente sola.
Adquiere cada ola,
Y la noche cual enorme peñasco
Va quedándose inmensamente sola.
Forma el tic-tac de un reloj accesorio,
La tela de la vida, cual siniestro pespunte.
Flota en la noche de blancor mortuorio
Una benzoica insipidez de sanatorio,
Y cada transeúnte
Parece una silueta del Purgatorio.
La tela de la vida, cual siniestro pespunte.
Flota en la noche de blancor mortuorio
Una benzoica insipidez de sanatorio,
Y cada transeúnte
Parece una silueta del Purgatorio.
Con emoción prosaica,
Suena lejos, en canto de lúgubre alarde,
Una voz de hombre desgraciado, en que arde
El calor negro del rom de Jamaica.
Y reina en el espíritu con subconsciencie arcaica,
El miedo de lo demasiado tarde.
Suena lejos, en canto de lúgubre alarde,
Una voz de hombre desgraciado, en que arde
El calor negro del rom de Jamaica.
Y reina en el espíritu con subconsciencie arcaica,
El miedo de lo demasiado tarde.
Tras del horizonte abstracto,
Húndese al fin la luna con lúgubre abandono,
Y las tinieblas palpan como el tacto
De un helado y sombrío mono.
Sobre las lunares huellas,
A un azar de eternidad y desdicha,
Orión juega su ficha
En problemático dominó de estrellas.
Húndese al fin la luna con lúgubre abandono,
Y las tinieblas palpan como el tacto
De un helado y sombrío mono.
Sobre las lunares huellas,
A un azar de eternidad y desdicha,
Orión juega su ficha
En problemático dominó de estrellas.
El frescor nocturno
Triunfa de tu amoroso empeño,
Y domina tu frente con peso taciturno
El negro racimo del sueño.
En el fugaz desvarío
Con que te embargan soñadas visiones,
Vacilan las constelaciones;
Y en tu sueño formado de aroma y de estío,
Flota un antiguo cansancio
De Bizancio...
Triunfa de tu amoroso empeño,
Y domina tu frente con peso taciturno
El negro racimo del sueño.
En el fugaz desvarío
Con que te embargan soñadas visiones,
Vacilan las constelaciones;
Y en tu sueño formado de aroma y de estío,
Flota un antiguo cansancio
De Bizancio...
Languideciendo en la íntima baranda,
Sin ilusión alguna
Contestas a mi trémula demanda.
Al mismo tiempo que la luna,
Una gran perla se apaga en tu meñique;
Disipa la brisa retardados sonrojos;
Y el cielo como una barca que se va a pique,
Definitivamente naufraga en tus ojos.
Sin ilusión alguna
Contestas a mi trémula demanda.
Al mismo tiempo que la luna,
Una gran perla se apaga en tu meñique;
Disipa la brisa retardados sonrojos;
Y el cielo como una barca que se va a pique,
Definitivamente naufraga en tus ojos.
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